Los libros, los cuentos y las ilustraciones que acompañan sus historias son pura magia y fantasía. Algo que tanto Gema como yo, defendemos como uno de los pasatiempos imprescindibles desde la más temprana niñez. A veces incluso, termina convirtiéndose en un modo de vida.
Recuerdo cual era mi momento favorito, recién acostada por las noches, antes de dormir, en mi mesilla de noche esperaba el libro de turno. La mayoría de las veces costaba decidir cual, ya que se apilaban varios, esperando ser el elegido. Los cuentos de cuando era más pequeña, casi no los recuerdo ya, pero gracias a ellos nació en mí la pasión por la lectura y por todos los que vendrían después. Cuando fui un poco más mayor, llegaron las colecciones: El barco de vapor, Los cinco, Los Hollister, Puck... que añoranza pensar en aquellas historias. He de añadir que me encantaban los libros que giraban en torno a un grupo de niños y niñas próximos a mi edad cuya favorita ocupación era resolver misterios, pequeños aventureros. Tenía uno favorito, sin lugar a dudas, porque literalmente lo terminé destrozando… la cubierta se le descolgó, había páginas medio sueltas, otras sueltas del todo… en fin repito, mi libro favorito. Se llamaba Los Hollister y el carnaval de hielo. Me sabía páginas de memoria, y aun así lo disfrutaba desde el principio hasta el final cada vez que lo leía. Siempre había otros libros que leía a la vez, pero terminaba volviendo a aquella historia. ¿La razón? No tengo ni la más mínima idea, pero me imaginaba siendo otra protagonista más de aquella familia de detectives.
Tuve la suerte de pequeña de tener unas primas de edades parecidas con las que recuerdo algunos de los mejores momentos de mi infancia. Excursiones al campo, fines de semana en sus casas, jornadas de playa infinitas, tardes de verano en la plaza de mina, y todo aquello acompañado de juegos e imaginación sin fin. Ellas fueron como mis Hollister. Y aunque los años y la distancia han hecho mella en nuestra relación, todo evoluciona, siempre recordaré aquellos días, difíciles en parte para mí, más especiales gracias a los libros y a ellas.
Es importante que los libros estén presentes en la vida de los más pequeños, ya que muchas veces ellos son la puerta a la imaginación para los juegos que vienen después. Y desde Pío Pío nunca dejaremos de animaros a ello, esperando que nuestras historias os ayuden también.
Besos y mucha lectura.
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