La familia de Benjamín, tenía una casa con un bonito jardín.
En el bosque cercano los animales no se podían resistir, a visitar la casa del pequeño Benjamín.
Benjamín estaba feliz, ya que el verano había llegado por fin.
Se acabó el madrugar y podría trasnochar.
Una noche cuando a punto estaba de meterse en la cama, sintió un ruido y fue corriendo hasta la ventana.
Descubrió a un oso que miraba la ropa tendida, mientras decidía cual se llevaría.
El oso bribón no tardó mucho en hacer su elección.
Benjamín tras la cortina reía, al ver al oso como se vestía.
Una tarde Benjamín, se sentó a merendar en el jardín.
El olor de la leche con miel, hizo al oso curioso volver.
Antes de que se acercara, Benjamín sorprendido tiró la cuchara.
¡El oso la cogió al vuelo, y del gran salto que dio casi tocó el cielo!
El oso travieso huyó lejos, porque de repente se le antojó un queso.
¡Miel con queso, que delicioso manjar! El oso no lo dejaba de imaginar.
Cuando ya de noche era, el oso regresó con mucha cautela.
Y fue asomándose por todas las ventanas, buscando si Benjamín tenía bananas.
Las tripas del oso hambrientas sonaban, mientras Benjamín felizmente soñaba...
Si queréis descubrir que pasará con el oso y Benjamín, pronto lo podreís seguir leyendo por aquí.
Continuará...
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