Érase una vez una pajarita llamada Lora, cuya historia os contaré ahora.
Lora era una pajarita que desde que nació nunca se sintió bonita.
Lora vivía con otros pájaros que apenas le hacían caso. Pues nació con una cresta en su cabeza y eso le hacía ser diferente y sentirse ausente.
-Cuando te quites esa cresta rosa, podrás volar con nosotras,- le dijo una pajarita.
Pero Lora, no quería quitarse su cresta rosa, aunque no le hiciera parecer hermosa. Así que Lora cada día que pasaba se sentía más sola.
Un día una niña que paseaba cerca del árbol donde Lora descansaba, la miró fijamente.
-¡Oh que pajarita tan peculiar!,- dijo la niña sin parar de curiosear.
Lora la miró asustada pues de todo el mundo desconfiaba.
La niña que lo notó quiso hacerle sentirse mejor.
-Uy es que soy muy maleducada. Antes de tanto mirar me debería presentar. Mi nombre es Flora y tengo que decirte que me pareces una pajarita muy hermosa.
Y cuando Lora parecía estar menos asustada, llegaron otros pájaros que la hicieron sentir de nuevo aislada.
Lora voló lejos llorando y Flora enfadada riñó a los otros pájaros.
-¡Sois malos y crueles! No hay que reirse de nadie por ser diferente.
Flora buscó a la pajarita pero pasaban las horas y ni rastro de Lora.
Cuando por fin la encontró, vio que Lora estaba llorando. Flora se acercó a la pajarita y le cantó en voz bajita.
-Tú eres bonita, tú eres única, tú eres valiente por querer ser difente,- Lora se sintió mejor al oir la canción.
No muy lejos de allí unas pajaritas que escucharon la canción, piaron muy fuerte para llamar la atención. Flora y Lora fueron a buscarlas y descubrieron que esas pajaritas tenían algo diferente que las convertía también en valientes.
Lora hizo muchas amigas aquel día y juntas cantaron la melodía: Tú eres bonita, tú eres única, tú eres valiente por querer ser diferente.
Desde entonces las únicas lágrimas que vieron derramar, fueron las de las nubes que sobre el cielo parecían flotar.
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