Manuela soñó una noche con su familia, la que hacía tiempo que no veía y con la que aquella Navidad no pasaría.
La noche de nochebuena estaba cada vez más cerca y eso le ponía contenta, pero había un sentimiento más, que en este cuento Manuela tendría que averiguar.
Manuela fue al salón y buscó en la radio una canción. Quería una en especial que con su familia solía en Navidad cantar.
Mientras la buscaba, algo en el árbol de Navidad pasaba. Pero Manuela que estaba muy entretenida, no vio lo que sucedía
¡Allí estaban los duendes dejándose caer, por el árbol una y otra vez! Fueron bajando hasta llegar a una de las ramas, donde un adorno con forma de mariposa reposaba.
Le susurraron unas palabras que la hicieron despertar y sus alas comenzar a danzar.
Los duendes rieron y entre las ramas del arbol se perdieron.
Manuela distraída seguía intentado encontrar su música preferida. No estaba teniendo nada de suerte, y algo cerca del árbol atrajo su atención de repente. En el suelo estaba la mariposa que le regaló una Navidad su abuela, y Manuela fue rápido a socorrerla.
¡Algo increible empezó a suceder, pues Manuela se sintió encoger! Mientras la mariposa sus alas movía cada vez con más energía. La niña no estaba nada asustada, porque la mariposa parecía un hada.
-¡Oh eres preciosa, pareces un hada maravillosa!,- exclamó Manuela.
El hada mariposa le invitó a subir y emprender un viaje. Manuela no lo dudó un instante, y juntas iniciaron un mágico baile.
La mariposa se adentró en el interior del árbol de Navidad, y allí Manuela encontró el lugar más hermoso que había podido visitar. Había ramas llenas de luces doradas que alumbraban los adornos por los que pasaban. Llegaron hasta un tren de madera hecho por el abuelo de Manuela. El hada invitó a Manuela a subir al tren. Entonces la mariposa se colocó delante y batió sus alas, haciendo que el tren caminara.
El tren en cada bola hacía una parada, para que Manuela observara que es lo que allí dentro pasaba. En todas tenía lugar una escena de Navidad: en una cantaban villancicos, en otra preparaban las recetas de Navidad... Allí estaban la abuela, los titos, las primas, el abuelo y todos los demás, llenos de felicidad.
Cuando el viaje terminó y se bajó del tren en la última parada, Manuela vio que había un cartel que decía: "Viaje por la Nostalgia."
El hada mariposa se acercó y sobre ella de nuevo Manuela voló.
Salieron del árbol y antes de que volviese a su tamaño original, la mariposa le dijo: “Esos días volverán.”
Cuando Manuela volvió a ser grande, la mariposa ya estaba en el árbol, como si nada hubiera pasado.
En la radio comenzó a sonar su villancico especial. Manuela tenía nostalgia pero también estaba contenta, porque ahora gracias a la mariposa sabía, que aquellas navidades volverían.
Continuará...
Comments